EL BAÚL DE LOS DISFRACES
Disfrazarse es una manera de jugar, divertirse y sobretodo de aprender.
Jugar a disfrazarse es algo muy necesario en la vida de los niñ@s, ya que contribuye a su desarrollo. Cuando el niño se viste de un personaje y se imagina una historia con ese disfraz, está dando rienda suelta a su fantasía, a su espontaneidad y a su creatividad.
Disfrazarse es un método estupendo para que los niños expresen sus sentimientos. También es la manera más fácil de enseñar a los niños a ponerse en el lugar de los demás, lo que les ayuda a tener más empatía y a integrarse mucho mejor en el mundo que les rodea.
El disfraz puede ayudarnos a descubrir cómo percibe el niño a los adultos que conviven con él: padres, abuelos, maestros...
¿Qué aprenden mientras juegan a disfrazarse?
Disfrazarse es un juego muy positivo que les ayuda a aprender. Un juego educativo que permite a nuestros hijos:
- Desarrollar su creatividad e imaginación.
- Estimular la inteligencia.
- Desarrollar su vocabulario.
- Liberar tensiones.
- Aumentar su confianza.
- Facilitar el pensamiento simbólico representando la vida de algún personaje de ficción, animal o de los adultos que le rodean.Y así, asimilar el mundo que les rodea desde otro punto de vista.
- Estimula la interacción y amplía nuevas formas de comunicación.
- Contribuye al desarrollo de la identidad (imagen del Yo).
- Promueve la cooperación entre iguales.
EL BAÚL DE LOS DISFRACES:
Lo ideal es armar una caja o baúl con diferentes elementos a los cuales el niñ@ pueda dar distintos usos, mediante el uso de su imaginación. Puedes buscar en casa o pedir ayuda a los abuelos elementos que sirvan para el baúl de los disfraces.
Algunas ideas:
- retales grandes de tela(servirán como capas)
- monturas de gafas sin los cristales.
- joyas de juguete o collares viejos que ya no uses.
- pelucas
- ropa vieja de adultos
- carteras, bolsitos
- guantes
- delantales
- sombreros, etc.