Al igual que sucede con cualquier aprendizaje, las emociones determinarán nuestra manera de afrontar la vida. Emoción, pensamiento y acción, son tres elementos muy relacionados, presentes en todo aquello que hacemos a diario. La comprensión y el control de las emociones puede resultar imprescindible para nuestra integración en sociedad, pero si esta falla, nos convertiremos en personas inadaptadas, frustradas e infelices.
En la Inteligencia emocional en niños y para comprender y manejar las emociones, debemos tenerlas presentes en todo momento, siendo la infancia una etapa crucial en el aprendizaje del manejo y control de las mismas.
Si bien para los adultos resulta verdaderamente difícil controlar las emociones en determinados momentos, para l@s niñ@s este control es aún más complicado al carecer de experiencias previas similares y estrategias de abordaje. En ocasiones, nos encontramos con niñ@s cuyo control emocional es prácticamente inexistente. Se muestran irascibles e irritables a menudo, no se les puede negar nada porque están acostumbrad@s a que se les permita y consienta casi todo. Además, se muestran especialmente frágiles e irritables ante los fracasos, respondiendo de manera agresiva y hostil a este tipo de situaciones.
Estas reacciones son realmente perjudiciales para el / la niño/a, ya que no sólo le van a limitar su relación e integración en el grupo de iguales, sino que incluso, pueden llegar a afectar a su salud. De hecho, algunas investigaciones han puesto de manifiesto que la experimentación de emociones negativas deriva en una disminución de las defensas, convirtiéndonos en personas vulnerables.
El conocimiento, comprensión y control de las emociones, es por tanto vital, pues éstas nos permiten adaptarnos, comunicarnos y desenvolvernos en sociedad. Además, no debemos olvidar que la emoción es fiel compañera de la motivación, el motor de la consecución de objetivos.
Gracias a las emociones podemos sentir empatía hacia otras personas, recuperar recuerdos significativos de nuestra vida e incluso superar exitosamente momentos complicados.
Destacamos que la Inteligencia emocional en niños para la adquisición de competencias emocionales prepara al niñ@ para la vida, le permite estar atento y poder defenderse de posibles peligros sociales que le puedan acontecer, como por ejemplo el de las adicciones. Investigaciones, han puesto de manifiesto que las personas con escaso control y tolerancia emocional, son más susceptibles de caer en el mundo de las adicciones que aquellas cuyo control y tolerancia emocional es mayor.
La comprensión de las emociones nos permitirá también controlarlas y tolerarlas.
Daniel Goleman, pionero en los estudios de Inteligencia Emocional, decía que ésta consistía en: el conocimiento de las propias emociones, y manejo de las mismas; en la motivación propia; en el reconocimiento de las emociones de los demás; en el establecimiento de emociones positivas con otras personas…
Es fundamental que se eduque en la adquisición de todos esos aspectos mencionados.
L@s niñ@s deben aprender a controlar su agresividad, sus reacciones indeseadas… Algo para lo que debemos trabajar con ell@s, en especial ante aquellas conductas “emocionalmente inapropiadas”. Hay que hacerles reflexionar sobre lo sucedido de manera objetiva y constructiva, haciéndoles entender la importancia de sus acciones y la repercusión en los demás… así como ofrecerles alternativas de conducta positivas, derivará en una mejora en su manera de pensar y actuar y esto redundará en sus emociones.
Ya se sabe:
“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo” (Benjamin Franklin).